La ultraderecha carcome la base electoral del PP porque rentabiliza el endurecimiento de las posiciones de Feijóo
El auge de la ultraderecha en España ya es un hecho. Las últimas encuestas apuntan a que el descenso en diputados de Vox en 2023 —cuando bajó a 33 escaños desde los 52 de 2019— fue un paréntesis en una tendencia ascendente que no da signos de remitir, sino todo lo contrario, se acelera. El partido de Santiago Abascal —fundado hace solo 12 años y convertido en tercera fuerza en el Congreso— crece además a costa del Partido Popular. Alberto Núñez Feijóo está fracasando en su misión de frenar este fenómeno. Las razones parecen claras: la estrategia del PP de asumir el discurso extremista para hacer oposición al Gobierno no ha hecho más que alimentar ese discurso y legitimarlo ante la ciudadanía.